El antiguo saber popular oriental dice que “somos sonidos y las palabras semillas”.
Así el sonido de las palabras afecta a nuestros órganos. Se valora el tono, la frecuencia, la intensidad...
Por ejemplo: pronunciar “LO SIENTO”, nos devuelve a la unidad de nosotros mismos. Lo hace al viajar por la piel, que es el órgano más extenso del cuerpo.
Este, según la MTC, nos conecta y nos hace sensibles ante las vivencias de los demás, nos desapega de los resultados y nos convierte en una unidad.
El sonido "PERDÓN / PERDÓNAME” , hace eco en el páncreas y en el colon desatando lazos, liberando esas “historias” que van dando vueltas y vueltas por nuestra mente.
Una de las palabras más valoradas es el: “GRACIAS”.
Se trata de una palabra que mueve en la alegría todas las células del cuerpo, sacudiendo las venas y convirtiendo nuestra sangre en partículas y ondas libres, es decir: LUZ en ese acto desprendido.
Aunque, sin duda, el sonido más sanador y que mejor mueve todo el QI (ENERGÍA VITAL) es: “TE AMO”.
Esta frase cubre tu cuerpo y viaja a través de nuestros pulmones, desobstruyendo nuestra respiración, recorriendo nuestros riñones transmutando los miedos y hace que millones de células armonizadas se vitalicen, especialmente las del sistema inmune.
Dicen que estas palabras “siembran césped suave y fresco alrededor de las zonas más áridas de tu cuerpo”.
De esta forma, la MTC, vuelve a sorprendernos cuando entiende nuestro cuerpo como la integración al UNIVERSO, donde TODO tiene significado y efecto.
Si ahora somos conscientes de lo que provocan las palabras en nosotros y en los demás, comenzaremos a observar minuciosamente nuestros pensamientos, nuestros silencios, nuestros sonidos y nuestros ruidos porque en este océano de energía que somos, cada onda que emitimos crea olas de diversos colores influenciando a los demás y a nosotros mismos.
Para la MTC la vida es el resultado de algo extraordinario.
Nos invita a vivirla con observación para descubrir detalles que nos hacen seres más evolucionados y felices.

Así el sonido de las palabras afecta a nuestros órganos. Se valora el tono, la frecuencia, la intensidad...
Por ejemplo: pronunciar “LO SIENTO”, nos devuelve a la unidad de nosotros mismos. Lo hace al viajar por la piel, que es el órgano más extenso del cuerpo.
Este, según la MTC, nos conecta y nos hace sensibles ante las vivencias de los demás, nos desapega de los resultados y nos convierte en una unidad.
El sonido "PERDÓN / PERDÓNAME” , hace eco en el páncreas y en el colon desatando lazos, liberando esas “historias” que van dando vueltas y vueltas por nuestra mente.
Una de las palabras más valoradas es el: “GRACIAS”.
Se trata de una palabra que mueve en la alegría todas las células del cuerpo, sacudiendo las venas y convirtiendo nuestra sangre en partículas y ondas libres, es decir: LUZ en ese acto desprendido.
Aunque, sin duda, el sonido más sanador y que mejor mueve todo el QI (ENERGÍA VITAL) es: “TE AMO”.
Esta frase cubre tu cuerpo y viaja a través de nuestros pulmones, desobstruyendo nuestra respiración, recorriendo nuestros riñones transmutando los miedos y hace que millones de células armonizadas se vitalicen, especialmente las del sistema inmune.
Dicen que estas palabras “siembran césped suave y fresco alrededor de las zonas más áridas de tu cuerpo”.
De esta forma, la MTC, vuelve a sorprendernos cuando entiende nuestro cuerpo como la integración al UNIVERSO, donde TODO tiene significado y efecto.
Si ahora somos conscientes de lo que provocan las palabras en nosotros y en los demás, comenzaremos a observar minuciosamente nuestros pensamientos, nuestros silencios, nuestros sonidos y nuestros ruidos porque en este océano de energía que somos, cada onda que emitimos crea olas de diversos colores influenciando a los demás y a nosotros mismos.
Para la MTC la vida es el resultado de algo extraordinario.
Nos invita a vivirla con observación para descubrir detalles que nos hacen seres más evolucionados y felices.
