Como médicos, cuando utilizamos la técnica de la ventosa, debemos conocer el proceso al dedillo y tener en cuenta las siguientes indicaciones para no hacer daño a los pacientes y que las enfermedades desaparezcan más rápidamente:
1. Normalmente, las ventosas que utilizamos en la clínica son de cristal y las hay de cinco tallas diferentes de 1 a 5 (la talla 1 es la más grande y la 5 es la más pequeña). Antes de ponerla en práctica, debemos escoger las ventosas que sean apropiadas y asegurarnos que estén bien limpias, disponer de alcohol de 95º, algodón, un encendedor y un hemóstato. Es muy importante observar si el borde de cada ventosa que utilicemos está roto.
2. Decimos a los pacientes que se tumben o se sienten según dónde vayamos a poner las ventosas. Generalmente no podemos elegir los sitios finos donde hay más huesos sino aquellos donde hay suficientes músculos o carne.
3. Encendemos fuego dentro de la ventosa 2 o 3 segundos hasta que se queme la mayoría del oxígeno de dentro para que la ventosa pueda chupar la piel. Debemos hacer este proceso rápidamente y cerca de la piel y con muchísimo cuidado y atención para no quemar a los pacientes. Después de ponerla, observamos un rato para confirmar que la ventosa no se caiga.
4. Mantenemos las ventosas en la piel durante 5 o 10 minutos dependiendo del momento en que salgan marcas de colores en los sitios donde están aplicadas y observamos qué colores han aparecido ya que según el color de las marcas de la ventosa podemos hacer el diagnóstico a los pacientes: diferentes colores significan diferentes enfermedades.
5. A veces, puede que salgan ampollas después de utilizar la técnica de la ventosa. Si son pequeñas, las dejamos que desaparezcan por si solas; si son grandes, las rompemos, las limpiamos y las untamos con crema para ayudar a una rápida recuperación de la piel.


Dra. Ming
1. Normalmente, las ventosas que utilizamos en la clínica son de cristal y las hay de cinco tallas diferentes de 1 a 5 (la talla 1 es la más grande y la 5 es la más pequeña). Antes de ponerla en práctica, debemos escoger las ventosas que sean apropiadas y asegurarnos que estén bien limpias, disponer de alcohol de 95º, algodón, un encendedor y un hemóstato. Es muy importante observar si el borde de cada ventosa que utilicemos está roto.
2. Decimos a los pacientes que se tumben o se sienten según dónde vayamos a poner las ventosas. Generalmente no podemos elegir los sitios finos donde hay más huesos sino aquellos donde hay suficientes músculos o carne.
3. Encendemos fuego dentro de la ventosa 2 o 3 segundos hasta que se queme la mayoría del oxígeno de dentro para que la ventosa pueda chupar la piel. Debemos hacer este proceso rápidamente y cerca de la piel y con muchísimo cuidado y atención para no quemar a los pacientes. Después de ponerla, observamos un rato para confirmar que la ventosa no se caiga.
4. Mantenemos las ventosas en la piel durante 5 o 10 minutos dependiendo del momento en que salgan marcas de colores en los sitios donde están aplicadas y observamos qué colores han aparecido ya que según el color de las marcas de la ventosa podemos hacer el diagnóstico a los pacientes: diferentes colores significan diferentes enfermedades.
5. A veces, puede que salgan ampollas después de utilizar la técnica de la ventosa. Si son pequeñas, las dejamos que desaparezcan por si solas; si son grandes, las rompemos, las limpiamos y las untamos con crema para ayudar a una rápida recuperación de la piel.


Dra. Ming