El delantero francés, en el mejor momento de su carrera deportiva, basa su estado de forma en este tipo de medicina
La espalda llena de marcas. Parece el síntoma de alguna enfermedad, pero es algo bueno para la salud. O al menos, algo que a Karim Benzema le hace sentir bien. El «cupping», esa recuperación al vacío con ventosas que en 2016 puso de moda Michael Phelps, es una de las claves que maneja el delantero francés para sentirse mejor que nunca físicamente y también psicológicamente.
Él es un hombre maduro, físicamente a tope. Y considera que el «cupping» es parte de eso. Lo que marca a los deportistas cuando llegan a la treintena es la recuperación. Lo que en la juventud sucede sin darte cuenta y sin poner nada de tu parte, se complica con los años. El cuerpo ya no es el aliado de antes y hay que cuidarlo.
«Es una técnica que consiste en colocar una ventosa en puntos específicos del cuerpo que ayuda a aliviar los dolores, ayuda a tratar el dolor, la fatiga, el estrés y las molestias de tipo insomnio», se aseguraba desde Francia cuando este tratamiento se puso de moda. Consiste en un efecto de succión. Se deja en la zona que se haya elegido durante cinco o diez minutos, las huellas en la piel pueden permanecer durante varios días y mejora las contracturas musculares. Fue Michael Phelps el primero que lo usó y sorprendió a todo el mundo. Se le vio con la espalda marcada en los Juegos Olímpicos de 2016 y, a partir de ahí, su uso se extendió. Kevin Rindal era el hombre encargado de la terapia de Phelps. Decía que en los Juegos ya no era posible un tratamiento largo para recuperar al nadador, así que lo mejor era hacer poquitas cosas que hicieran que se sintiese mejor. Y el «cupping» era una de ellas.
No hay nada como que el mejor nadador del mundo utilice una nueva técnica de recuperación para que se crea que con ese método todos pueden ser campeones. Y si famosas como Jennifer Aniston o Gwyneth Paltrow recurren a esa técnica, su fama se convierte en global.
Los que defienden el «cupping» destacan sobre todo que no hace daño a quien la usa. Los deportistas, además, se fían de lo que dicen otros colegas. El gimnasta Alex Naddour aseguró que las ventosas fueron «mejores que cualquier dinero gastado en otra cosa». Más que la sauna, o las piscinas de hielo para la fase de recuperación.
FUENTE: larazon.es